¡Más madera!

Acaba de pasar una borrasca de las buenas, de las que reforman el paisaje marítimo desde Galicia al País Vasco, ahora mismo está entrando otro frente no tan activo y nos desayunamos con esto:

Predicción y análisis para el Atlántico Norte (C) OPC, NOAA, via twitter
Predicción y análisis para el Atlántico Norte (C) OPC, NOAA, via twitter

Debería alcanzar la Península hacia el viernes y ya se han emitido las correspondientes alertas por los servicios meteorológicos. Aunque todo lo que se ve es destacable, merece la pena fijarse en el cuadro de la esquina inferior derecha, que prevé olas que pueden llegar a 16 m en pleno océano, al llegar a la costa serán mayores. Esta borrasca no será en principio tan intensa como la anterior, ya que se quedaría en unos 950 hPa, frente a los 936 hPa de la pasada, una verdadera brutalidad. Por cierto, en el pasado ciclón se registraron mediante altimetría por radar desde satélite olas de más de hasta 21 m al oeste de Irlanda…

¿Por qué está pasando? Pues porque es pleno invierno, el anticiclón de las Azores está muy metido hacia la zona del Caribe y permite el paso de estos ciclones -que normalmente viajarían más hacia el norte- y hay valores negativos del índice AO (Oscilación del Ártico), que caracteriza la potencia del vórtice polar. El valor actual es el siguiente:

Evolución del índice AO. (C) CPC, NOAA
Evolución del índice AO. (C) CPC, NOAA

Resumiendo, el anticiclón retirado hacia el Caribe permite el paso de las borrascas más al sur y la coincidencia de un índice AO negativo -un vórtice debilitado- permite las coladas de aire Ártico que rematan la situación.

En cualquier caso, tengan cuidado ahí fuera. Van demasiados muertos por imprudencias…

Algo está pasando en Groenlandia y Terranova…

Ayer por la noche, leía -como casi todos los días- el blog del Dr. Masters de Wunderground y daba un dato muy llamativo: en el punto más frío de Groenlandia (Summit Station, 3207 m de altitud) ha registrado temperaturas por encima del punto de congelación durante cinco días, con un máximo de 3,6º C el lunes 16 de julio. Ese valor ya es bastante alto de por si, pero si tenemos en cuenta que esa estación está 670 km al norte del Círculo Ártico, pues mucho mas raro e impactante. Hoy viene la noticia en varios periódicos de que el satélite Aqua de la NASA ha podido fotografiar por segunda vez, cómo se desprende un iceberg de un glaciar de Groenlandia del tamaño de la isla de Manhattan…

He consultado algunos datos para ver cómo está la situación. Las anomalías de temperatura del mes de junio, según NOAA, son estas:

El rojo, como siempre, indica temperaturas por encima de la media. Verán que la zona del Ártico, Canadá y sobre todo Rusia -Siberia-, tienen valores muy por encima de lo normal. Esta situación favorece el deshielo y en consecuencia, el aumento de agua dulce en las zonas costeras.

¿Está afectando ya a los océanos? Veamos una imagen de las anomalías de temperatura superficial del agua del mar (SST) de Unisys:

A simple vista, sobresalen dos cosas: el calentamiento del agua en el entorno de Groenlandia y Terranova y el inicio de un episodio de El NIÑO (la lengua de agua caliente en el Pacífico Ecuatorial, junto a Centroamérica, +2,5º C). Esto son las anomalías, lo que se aparta la medida de la media, no los valores reales. Los valores actuales, mucho menos alarmantes, los podemos descargar desde NOAA/NEDSIS:

La importancia de estas masas de agua para el clima es el papel moderador de la temperatura que juegan la Corriente de Labrador (hace que NY sea más frío que Lisboa a pesar de estar en la misma latitud) y la Corriente del Golfo (permite que Islandia y Noruega -entre otros- no tengan mares helados en invierno). Pero si aumenta el caudal de agua dulce que vierten estos territorios al mar, este equilibrio se podría romper.

Podemos «calibrar» la influencia de la atmósfera en este proceso viendo la evolución del índice de la Oscilación del Ártico, AO index (se ve mejor pinchando la imagen):

La linea negra muestra la evolución desde 1960 a 2010 del valor medio del AO. Se podría interpretar que aquí hay una oscilación climática natural; parece a simple vista una onda en la que vamos a pasar a un periodo dominado por el valor negativo.

Otra vez más, parece que tendremos que esperar para poder encontrar una causa para esos valores anormales de la temperatura máxima. Mi opinión no ha variado: el cambio climático no va a variar el comportamiento medio, sino que va a generar más comportamientos extremos, tanto por frío como por calor.

Lo que se lleva este invierno

Es evidente para todo el mundo que este invierno está siendo bastante diferente al del año pasado. En 2011, la circulación general tenía bastantes episodios donde se volvía muy meridional y así el aire polar -de origen marino- casi alcanzaba Canarias; es más, el año pasado llegó a nevar de verdad en Gran Canaria dos veces, una de ellas casi a finales de marzo, bajando la nieve casi hasta los 1000 m de altitud. La cantidad de agua que se recogió también estuvo por encima de lo normal y los barrancos volvieron a correr como pocas veces antes.

Este invierno en cambio, el anticiclón de las Azores está muy fuerte, muy al norte y bloquea muchas de las entradas de aire que son habituales en la Península y hasta en Canarias. En su lugar, este año empezó más bien con un invierno cálido, valores de la Oscilación del Ártico (AO) bastante positivos. Pero hace un par de semanas, el índice ha cambiado:

Junto a este cambio, aparece la pieza de moda este invierno: las coladas de aire siberiano junto a vaguadas retrógradas -vaguadas con el eje dirigido muy hacia atrás- como se ve en esta composición:

Vemos un centro de bajas presiones sobre Rusia, una vaguada retrógrada sobre el Sur de Europa -que afecta bastante a Italia- y una vaguada secundaria, también con un eje retrógrado, que se sitúa sobre el Norte de África, Argelia concretamente. Las tres aparecen con un núcleo rojizo que caracteriza su carácter frío.

Como decía en la entrada anterior, estas áreas de color rojizo-anaranjado son la forma de representar en la imagen el aire frío pero seco, muy diferentes de las áreas rojizo-azuladas que se ven al norte y que traen aire polar con una fuerte componente marina, con cierta carga de humedad.

Es muy interesante también las dos bajas que están al norte y sur de Islandia, que se corresponden casi con los modelos ideales de formación y evolución de ciclones extratropicales. Todos estos detalles se aprecian también en esta imagen complementaria, del canal de vapor de agua:

Este invierno es poco habitual, si, pero no anormal. Si pasó en 1956 es que YA PASÓ algo muy parecido antes y en consecuencia, el cambio climático no debe de tener NADA QUE VER aquí…